4° Encuentro de grupos de pacientes oncológicos Zárate 2011

viernes, 19 de abril de 2013

Una proteína para conocer la presencia de cáncer renal


INVESTIGACIÓN | Datos preliminares

Una proteína para conocer la presencia de cáncer renal

  • Científicos identifican una proteína que está elevada cuando hay cáncer
  • Antes de poder instaurarla como un marcador, se deben realizar más estudios
El cáncer renal es un gran desconocido. Aunque en los últimos años está aumentando su incidencia, su historia natural no se conoce bien y los tratamientos actuales no funcionan en un elevado porcentaje de pacientes. Por este motivo, el hallazgo de un grupo de investigadores españoles tiene su relevancia a pesar de que todavía no ha sido probado en un ensayo clínico. Se trata de una proteína que podría servir paradetectar precozmente el tumor renal y también como indicador de su grado de malignidad.
La proteína, identificada con las siglas HAVCR-1/KIM1, está presente en las células renales. Cuando existe un daño renal o un tumor, sus niveles en el riñón se elevan pero, sin embargo, no se expresa cuando el órgano está sano. Investigadores del grupo de Fisiopatología Renal del Instituto de Investigación Vall d'Hebron de Barcelona evaluaron en un estudio retrospectivo a pacientes con una media de edad de 64 años y con cáncer renal. Unos tenía tumores renales de célula clara y otros tumores papilares. Tras analizar muestras de tejido renal y de orina, para determinar el nivel de esta proteína en el riñón y en su forma excretada, comprobaron que sólo los pacientes con cáncer de célula clara tienen elevados los niveles de esta proteína en el tejido renal sano.
"Aquellos con otros tumores de riñón, como los papilares, no tienen expresada esta proteína en la parte normal del riñón", explica a ELMUNDO.es Anna Meseguer, responsable del grupo y del estudio. Sin embargo, el denominado cáncer de célula clara es el más frecuente, ya que representa el 75%-80% de todos los tumores renales.
Los datos, publicados en la revista 'European Journal of Cancer', deben confirmarse en un estudio prospectivo. "Ahora estamos preparando un trabajo en el que estudiaremos los niveles de esta proteína en riñón y en orina en unos 90 pacientes y también analizaremos otros marcadores en plasma, que se generan cuando la proteína se sobreexpresa. Todo este conjunto quizás ayude a estratificar bien a los pacientes", apunta.
Grupos de otros países habían demostrado que esta proteína está presente en la orina de pacientes con cáncer renal de célula clara, pero la correlación con el grado de la enfermedad y la presencia de la proteína en el tejido sano del riñón, no sólo en el tumor, no estaban descritas y eso es lo que han aportado los investigadores catalanes. "Queremos comparar, además, el marcador del tejido con los de la sangre y los de orina, para saber si son suficientes para informarnos del estado del tumor sin necesidad de hacer una biopsia", aclara esta especialista.
Hasta que no realicen un estudio más amplio no se podrá conocer la sensibilidad y especificidad de este marcador. Como explica Meseguer, se trata de "una proteína que, hasta hace poco, no se conocía. Se vio que era el receptor del virus de la hepatitis A, la vía de entrada en el cuerpo humano, pero no se conoce todavía su función endógena, algo que estamos estudiando ahora". Por otro lado, debido a que niveles elevados de esta proteína indican tanto la presencia de cáncer como de daño renal, Meseguer apunta que existen otros parámetros para distinguir de qué se trata. "Es fundamental detectar pronto el cáncer renal, porque es muy agresivo y hasta hace poco tiempo no había fármacos. Además, los tratamientos actuales, bien sea terapia antiangiogénica o inmunológica, no funcionan en todos los pacientes, los primeros lo hacen en un 40% y los segundos en un 20%. Lo ideal es actuar cuanto antes, porque de esta manera será menor el tumor y podrá extirparse con cirugía, que es el tratamiento de elección siempre y cuando no haya metástasis", señala la investigadora catalana.
El cáncer renal es el más habitual de los tumores urológicos, genera unas 100.000 muertes anuales en todo el mundo y representa el 3% de todos los nuevos casos de cáncer. "Uno de sus problemas principales es que no presenta signos, síntomas o anomalías bioquímicas que permitan su detección precoz. En algunos casos se detecta de forma incidental, entonces la enfermedad suele estar ya muy avanzada, con pocas posibilidades de curación y por consiguiente su mortalidad es muy elevada (95%). Hasta el momento, no existe ningún modo de detectarlo precozmente", comenta en un comunicado el doctor Enric Trilla, médico adjunto del Servicio de Urología del Hospital Universitario Vall d'Hebron.
"Nuestra teoría es que si esta proteína está expresada de forma anómala en el riñón normal, puede ser un indicador de que se va a desarrollar un cáncer. Pero esto es sólo una hipótesis, para comprobarla deberíamos hacer un ensayo en una población sana y seguirla en el tiempo, para ver si desarrollan este tumor", adelanta Meseguer.

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